Conceptos clave sobre la organización familiar

Posted by on octubre 1, 2019


Los seres humanos aprendimos desde nuestros más tempranos inicios a convivir en sociedad; somos, por naturaleza, seres sociales. Aprendemos a crear lazos de unión con nuestros homólogos de especie, y así hemos construido todo un sistema de sociedades que ha ido funcionando, con mejor o peor fortuna, por los siglos de los siglos. Y como uno de los vínculos que conocemos, apareció el concepto de familia, que está fuertamente arraigado en nuestras convicciones y ensalzado por cualquier creencia, investigación o acto de fe que haya aparecido en la historia del ser humano.

La familia es la unidad social más pequeña de la sociedad, pero realmente es la que tiene un vínculo más fuerte; primero, por los lazos de sangre, pero más tarde también por los lazos afectivos, que en algunas sociedades eran casi tan fuertes como el compartir carga genética. Podemos definir a la familia como un grupo de personas unidas por lazos de matrimonio, sangre o adopción, constituyendo un solo hogar e interactuando entre sí en sus respectivos roles sociales, generalmente las de los cónyuges, los padres, hijos y hermanos.

En su forma más básica, una familia está compuesta por un adulto y su descendencia. Más comúnmente, consiste en dos adultos casados, generalmente un hombre y una mujer (casi siempre de diferentes linajes y no relacionadas por la sangre) junto con su descendencia, que generalmente vive en una vivienda privada y separada. Este tipo de unidad, más específicamente conocida como núcleo familiar, se cree que es el más antiguo de los diversos tipos de familias que existen. A veces, la familia incluye no solo a los padres y sus hijos solteros que viven en el hogar, sino también a los hijos que se han casado, sus cónyuges y sus hijos, y posiblemente también a los dependientes mayores; tal arreglo se conoce como extensión familiar.

La familia realiza varias funciones muy valiosas para sus miembros. Quizás lo más importante de todo es que proporciona seguridad emocional y psicológica, particularmente a través del calor, el amor y la compañía que la convivencia genera entre los cónyuges y, a su vez, entre ellos y sus hijos. La familia también proporciona una valiosa función social y política al institucionalizar la procreación y al proporcionar pautas para la regulación de la conducta sexual. Además, la unidad familiar proporciona otras funciones socialmente beneficiosas como la crianza y la socialización de los hijos desde su niñez, junto con actividades humanitarias como el cuidado de sus miembros cuando están enfermos o discapacitados.

En el aspecto económico, la familia proporciona alimentos, vivienda, ropa y seguridad física a sus miembros, algunos de los cuales pueden ser demasiado jóvenes o demasiado viejos para satisfacer las necesidades básicas de la vida. Finalmente, en el aspecto social, la familia puede servir para promover el orden y la estabilidad dentro de la sociedad en su conjunto.

Históricamente, en la mayoría de las culturas, el sistema familiar era patriarcal, o dominado por los hombres, que se erigían como jefe de la unión de varias familias o clanes unidos por lazos familiares, y a los que se permitía tener varias esposas o concubinas, sobre todo para asegurarse la procreación; como regla general, las mujeres tenían un estatus bastante bajo. En la época romana , la familia todavía era patriarcal, pero no se practicaba la poligamia , y en general el estatus de la mujer mejoró un poco más que en tiempos más antiguos, aunque todavía no se les permitía administrar sus propios asuntos. En la Europa medieval, las familias seguían siendo dominadas por los hombres, y además eran bastante extensa, pues en la mayoría de los casos el número de miembros decidía su estatus y su poder en el sistema social del momento. Y cuando llegó la Revolución Industrial, parece que la cosa empezó a cambiar poco a poco.

La familia moderna que surgió tras la industrialización empezó a ser menos patriarcal para dar paso a una mayor igualdad de sexos. Del mismo modo, los roles familiares que alguna vez se consideraron exclusivamente masculinos o femeninos se rompieron. Cuidar el hogar y los niños, algo que se consideraba como un deber exclusivo de la mujer, es a menudo una actividad compartida, ya que, cada vez más, se da entre los cónyuges la misma búsqueda de trabajo, salarios y vida pública. La estructura familiar también está cambiando, ya que algunas parejas optan por no casarse legalmente y, en cambio, eligen que sus hijos estén fuera del matrimonio; muchas de estas relaciones informales tienden a ser de corta duración, y esto, así como el aumento en los niveles de divorcio, ha llevado a un rápido aumento en el número de hogares monoparentales. Así, podemos considerar que el concepto tradicional de familia en nuestros tiempo es muy extenso y con poco que ver con el de siglos anteriores.